Unas navidades diferentes

32/60

#navidadesdiferentesa

Ya estamos aquí. Parecía que no llegaría. O que todo llegaría de otro modo. Es 21 de diciembre. Para mí las navidades empiezan el día 22. Mi recuerdo siempre es levantarme. Desayunar con mis padres y escuchar de fondo siempre la radio pequeña a pilas de mi padre con las voces de San Idelfonso cantando números de la Lotería de Navidad. 

Rápidamente me levantaba y ponía la televisión. Ya aparecían los gorros de Papá Noel entre el patio de butacas. Los falsos premiados que se levantaban y fingían ser los premiados. Los reporteros buscando y desplazándose como locos a los puntos más premiados. Y muchos otros comprobando décimos y celebrando el día de la salud. Este año es complicado, ni premio ni salud para muchos. No me mal interpretéis… jajaja … no es pesimismo, es indignación y rabia al cambio. Me encantaría regresar por un minuto a ese momento, incluso escuchar los premios en pesetas… me cuesta aún escucharlo en euros y tener esa sensación de que empiezan unas fechas increíbles llenas de ilusión e inocencia.

Hoy me cuesta más. Es verdad que veo la cara de mis hijos, preparados para todo. Con ganas de vacaciones. Ya cansados de colegio. Deseando ver sus regalos bajo el árbol. Tramando como descubrir a Papá Noel mientras deja los regalos.. y eso me hace disfrutarlo de nuevo. Pero a la vez estoy pidiendo cita para hacer un PCR a mi hija, test serológicos a todos, y cualquier medida de seguridad posible para poder ver a los abuelos en un espacio cerrado estas fiestas.

Separándonos de hermanos y primos para que siempre haya alguien celebrando las fiestas con ellos, intentando todos mantener la ilusión y poder pasar una nochebuena en familia, que es lo que tenemos por tradición.

Son sin duda unas navidades diferentes. Yo aún no sé ni siquiera, si pasaré las navidades sola o no, dependerá de los resultados de las pruebas. No sé que planes hacer con los peques estas vacaciones que tengo que mezclar entre trabajo, gracias a Dios que lo tengo, planes al aire libre extraños, y organizar los tiempos.

Explicarles a mis hijos que este año no hay cabalgata por el COVID, pero seguro que preguntarán cosas que tendré que improvisar sobre la marcha. Sin duda todo es diferente y al ser humano le cuesta el cambio. Y os aseguro que soy una persona muy adaptable a los cambios. Pero es verdad que a veces la incertidumbre y salir de una zona de confort no gusta y más cuando juegan con tu salud y con la felicidad.

Echo de menos a mis padres. El día a día con ellos. Están en una época de su vida en la que deberían disfrutar de sus nietos mucho más. Poder salir con ellos a restaurantes, de viaje, hacer de canguros, dormir con ellos, poner el árbol y el nacimiento y pasar el tiempo sin mascarillas ni distancias. Pero es muy difícil.

Los medios de comunicación no ayudan. Declaran y anticipan la tercera ola, que no lo niego, pero claro te destruye escucharlo. Campañas de concienciación, que lo entiendo, pero te atemoriza. Responsabilidad, precaución y aislamientos voluntarios. ¡Qué difícil es todo!, sentirte responsable de una desgracia. Pero es que la depresión y las causas psicológicas que esta dejando esta pandemia son igual de duros. Fobias, miedos, separaciones sociales y mucha tristeza.

Son unas navidades diferentes. muchos sentimientos encontrados. Pero miro la cara de mis hijos y tengo la suerte de tener niños pequeños en casa, con ese algo que desprenden que te hacen sentir feliz y te devuelven la magia en el peor de los momentos. Así que aunque sean unas navidades diferentes hagamos de ellas las más especiales. Está en nuestra mano.

Como siempre mi humilde opinión. 

 

“Cambiar el mundo sólo está en tu mano”

ROCÍO BRACERO

¿Hablamos?

Escríbeme un par de líneas.

Compartir: