¿Y por qué el miedo no llega a marcharse nunca del todo?

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#veteya

 

Este miércoles me darán los resultados de todas las pruebas de Samuel, un año sin tratamiento por leucemia. Y aún sigo intentando que las malas ideas no pasen por mi cabeza.

Está estupendo. Crece bien y mucho. Come de maravilla, tiene energía, es feliz, sus secuelas, por ahora, son mínimas, pero sin embargo por mi cabeza, se acerca esta fecha y siempre vienen malos pensamientos.

Este fin de semana me lleve a mis hijos a la playa, a intentar desconectar, lo han pasado de maravilla, he vuelto al mismo sitio en el que estuve una semana antes del diagnóstico, al mismo sitio en el que fui cuando estaba muy malito, al mismo rincón que siempre nos ha servido de vía de escape para muchas cosas, y podréis considerarlo masoquismo pero a mi me da paz.

Está bien, sé que está bien, si no lo estuviese no tendría la energía que tiene.. si no lo estuviese, los teléfonos ya habrían sonado, porque  cuando algo malo pasa siempre te enteras rápido. Sé que esta bien. Pero no consigo quitarme la sensación de que en algún momento algo se torcerá… porque verle feliz a él y a ella, verles sanos, me da toda la paz y energía que necesito para continuar…. pero tengo tanto miedo a perderlo… sé lo que es perderlo.. ya lo he vivido.. ya me ha ocurrido y no quiero que eso pase, que no se a veces donde mirar.

Esta semana le he tenido que regañar por meterse al agua y poder resfriarse, le he tenido que llevar a todas sus pruebas médicas, siempre le salen cosas que me hacen pensar mal, dolencias, marcas… el portacath nos dio un susto esta semana.. y al final me sugestiono.

¿Qué difícil es controlar el miedo verdad? ¿qué difícil es dar pasitos hacia delante? pero sí que he aprendido a que él no me lo note. Es un niño educado en él no puedes, en el ten cuidado.,.. y cómo predije, eso me pasaría factura, y me la pasa. A veces tiene miedos irracionales, se sugestiona con no fallarnos, con vernos felices, busca nuestras reacciones, se asusta por el que me pasará, o el que me puede pasar sin dejarse llevar por la insensatez de ser niño, y eso a veces le introduce presiones que su cabeza no es capaz de gestionar porque no entiende su irracionalidad.

Se obsesiona a veces con cosas que no sé de donde le vienen. Y le entran miedos a que me pasará. Es difícil pero es la consecuencia de grandes males. Así como las secuelas del covid, para muchos de nosotros, estas son las secuelas del cáncer, ese que te cambia la vida, los valores, las prioridades y te hace valorar lo más importante VIVIR. Y tanto él como yo no queremos perdérnoslo. Nos aceleramos. Corremos y vamos a contra reloj. Porque no saber si mañana estarás hace que quieras saborear. Y perderlo da mucho miedo.

Así que el miércoles os contaré que esta todo genial. Y me volverán a dar 3 meses de libertad oncológica y seremos tres meses felices. Hasta la siguiente analítica por la que seguro temblaré toda la vida.

Feliz lunes, hoy es un día maravilloso para volver a empezar, como siempre mi humilde opinión.

 

 

“Soy consciente de mi gran don, sé vivir”

ROCÍO BRACERO

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