Nueva generación de los hechos históricos

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Filomena

#nuevahistoria

El segundo arranque del año está siendo sin duda complicado. Quién nos iba a decir que echaríamos de menos la normalidad COVID y casi ya olvidarnos de esa vida que tuvimos hace más de 10 meses.

Era enero del año pasado cuando nos sorprendía ese virus fatídico en China y parece que llevamos una eternidad sobrepasando baches. Y si no era suficiente, en el momento que llegaban las vacunas a España, donde tenemos verdaderos problemas para mantenerlas bajo la temperatura requerida, Filomena aparece. Y ahora a quién echamos la culpa, porque Filomena no parece que este creada en un laboratorio.

Sin duda está siendo un año de escribir demasiadas páginas para los libros de historia. Yo sin duda creo que tengo batallas suficientes para contar a mis nietos en las cenas de navidad de dentro de unos años. Creo que ya está bien.

Reconozco que la estampa ha sido maravillosa. La nieve ha dejado instantáneas únicas y se ha podido vivir como algo idílico, pero es un desastre natural sin duda.

Gente atrapada en las carreteras, coches abandonados, gente durante días sin poder acceder a sus casas, cientos de familias sin suministros de luz, agua caliente y calefacción. Los comedores sociales con verdaderos problemas para seguir dando comida. Los accesos a los hospitales colapsados. Los equipos médicos, servicios esenciales doblando y triplicando turnos, sin olvidarnos que los hospitales están completos de casos de COVID y las jornadas son intensas.

Los pacientes de cáncer acudiendo como pueden a sus terapias. Parturientas sufriendo el pánico de salir de cuentas.

Yo sin duda he disfrutado estos días, de nuevo de algo histórico, mis hijos, aún pequeños, lo han gozado con todas las comodidades. Ropa de nieve, comida calentita y calefacción.

Nosotros hemos paseado les hemos visto sonreír a la par que hemos hecho grandes labores de limpieza de nuestras terrazas, por miedo al desplome, apertura de caminos en nuestra urbanización y calles para facilitar el acceso, ayudar a nuestros conserjes encerrados aquí durante tres días. Pero mi cabeza se seguía marchando a los que realmente lo estaban pasando mal.

No estamos preparados para algo como esto. De características desmesuradas. De nuevo un país paralizado. Y la vida quiere enseñarnos, sin duda, que somos frágiles y que estamos en manos de la naturaleza. Un virus, un temporal…. pero no podemos controlar con nuestras máquinas y nuestros dinero el buen funcionamiento de algo tan sencillo como vivir. Somos muy vulnerables y creo que ya somos conscientes de ello.

De nuevo en casa con los niños. Que ya ven el confinamiento como algo normal. No se acuerdan, ni por asomo de esa vida de hace un año. Las clases online le parecen lo más lógico del mundo. El COVID es algo a lo que respetan pero no temen, ellos sí que saben vivir con ello. Esta nevada les pareció un regalo de los Reyes Magos, porque algunos han tenido la suerte de verlo desde la comodidad.

Hoy el supermercado no esta abastecido. Realmente los transportistas lo han pasado mal. Las vacunas rondan de ciudad en ciudad intentando llegar a su destino. Y sin duda el destino nos está gastando una broma de mal gusto.

Yo creo que ya no quiero escribir más líneas de historia en mi memoria. Una pandemia, Filomena, el cáncer de Samu creo que tengo suficientes historias vitales, aunque sé que parar esto no esta en mi mano, tengo aprendida la lección de la fragilidad ¿y vosotros?

Como siempre mi humilde opinión.

“La fragilidad es lo más difícil de asumir”

ROCÍO BRACERO

¿Hablamos?

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