Hoy quiero volver, pero tuve que parar

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supersamu

#tuvequeparar

 

Las fechas siempre marcan momentos importantes en la vida. La historia se estudia a través de fechas que están marcadas por hitos o hechos concretos que marcan el antes y el después. En mi vida el 9 de mayor es una de ellas.

El 9 de mayo de 2018 diagnosticaron leucemia a Samuel. Me hubiese encantado que ese día hubiese sido diferente, pero fue el principio de una nueva vida, marcada por mucho aprendizaje, mucho miedo y mucha incertidumbre.

Ahora 3 años después, y sin darme un respiro hacemos un año sin tratamiento y finaliza el estado de alarma en España. No me gusta unir en mi cabeza ideas. Pero las energías me hacen bloquearme. Que coincidan dos hechos así no se si me gusta. 

Nunca hemos llegado a estar desconfiados en mi familia desde ese 9 de mayo de 2018. Unimos la lucha por la leucemia de Samu por vernos inmersos en un confinamiento, que en esta ocasión afectaba al mundo entero. 

Samu no recuerda el colegio sin restricciones. O no ha ido nunca, o cuando ha ido siempre ha tenido algún tipo de limitación.

Cuando nos quedaban escasos meses para acabar el tratamiento de quimioterapia, nos vimos de nuevo aislados. Luchando contra el miedo de lo que nos podía pasar, contra la frustración de sentir que la vida no dejaba a mi hijo vivir y con la sensación de un nuevo ahogo.

En este tiempo han cambiado muchas cosas en mi vida. Durante la enfermedad de mi hijo descubrí muchas cosas de la vida, de la gente y de la sociedad entera. Cosas totalmente diferentes… cuando el miedo, la frustración y el ahogo les llega a todos lo ves con claridad. Esta pandemia también me ha mostrado la cara dulce y amarga de la vida, la sociedad en general y la gente en particular.

He descubierto la intolerancia, la tolerancia, el respeto, o la falta de el, la compresión, la empatía, el egoísmo…. Todos hemos pasado por muchas sensaciones, que por desgracia en mi casa, y en la de muchas personas, nos eran muy conocidas, luchar contra el aislamiento sanitario no es fácil, y si el añadido es que luchas por la vida de un hijo o un familiar menos aún, por eso esta pandemia me ha parecido un viaje de rosas unido a las espinas de ver a una sociedad morir sin poder ayudar. De rosas porque Samu esta bien, los míos están bien, mucho mejor que los dos años anteriores, de espinas porque he visto la cara amarga de muchas cosas y personas que no han sabido tolerar o empatizar entre los demás.

He visto una sociedad dividida por la política, como cualquier guerra, en la que todo el mundo se ve capaz de dar lecciones de vida, como si ellos tuviesen la única verdad. Muchos sin ser capaz de mirar más allá de lo que pasa en un círculo cercano. Gente capaz de pisar a otra que ha hecho que nos quedemos con una sociedad cargada de culpa y tristeza.

Muchos nos han hecho sentir culpa por contraer un virus vivo. Muchos dan lecciones de responsabilidad cívica incumpliendo cientos de normas que les parecen normales. Esto ha sido un caos político que ha destruido personas y familias completas. Muertes que nos hemos acostumbrado a escuchar y un sistema sanitario que dejamos derruido y del que ya escucho quejas por las largas colas de espera.

Así somos.

Yo finalizo este 9 de mayo como lo empece. Con miedo. Porque no sé que me espera. No sé si de nuevo esa fecha quiere que empiece algo en mi vida que de nuevo quiere girarme mis logros o la vida esta preparándome un descanso para vivir en libertad.

No lo sé. Y deseo que llegue con el mismo miedo de que lo haga. He necesitado tomarme un mes para mi misma. Por eso desaparecí. He tenido que volver a la vida, a sentirme Rocío, ni madre, ni esposa, ni amiga, ni hermana… solo yo conmigo misma, me lo debía, porque a veces el cuidador se debe cuidar para poder continuar y me desespere con la falta de libertad, con la sensación de culpa, con el fallo humano, con la pena social, con tanta pérdida… pero a la vez ilusionada porque la vida me dio otra oportunidad a mi, a Rocío Bracero, para volver a ser, y necesitaba observarlo, saborearlo y disfrutarlo antes de que desaparezca.

Porque hoy 9 de mayo algo pasará estoy segura, para bien o para mal. y no quise desatenderlos, pero tuve que marchar para poder volver. Sólo espero que la vida nos dé algo de libertad y consuelo a todos por lo vivido.

Deseo que el 11 de mayo la revisión de mi hijo me deje salir de mi continúo y personal estado de alarma, pero se que ese 9 de mayo me perseguirá toda la vida.

Feliz salida de estado de alarma a todos, a los nuevos que nos estabais y sois y adiós a los que estaban y no volverán.

Me prometí ser yo misma hace muchos años, y aún con el desconsuelo de perder mucho por el camino, aún con el dolor de ver como me aceña la maldad y la veo llegar, seguiré siendo yo misma, eso sí intentaré aprender a cuidarme a mi misma, a aplaudirme mis logros, a quererme más que nadie, a cuidar a los que lo merecen y a no malgastar energías. Siempre pierdo demasiado tiempo con quien no debo par luego recibir un castigo.

Así que hoy 9 de mayo, pórtate bien con mis hijos, porque él tiene derecho a vivir en libertad. Vuestras sonrisas y fans de vivir me dan la energía que necesito para devolveros la libertad que merecéis.

Como siempre mi humilde opinión

 

 

“Murió la parte de mi que perseguía al mundo para hacerle feliz”

ROCÍO BRACERO

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