¿Cómo es vuestro Blue Monday?

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Blue monday

#bluemonday

Blue Monday está considerado como el lunes más triste del año. Debe ser que yo ando siempre a contracorriente, porque la situación no es favorable, lo sé, no me mal interpretéis, pero no me siento triste. Sí preocupada, pero no triste.

No me llegan las horas del día. Si llego a saberlo le pido a los Reyes Magos 4 horitas más al día, eso es cierto. Me levanto a las 6am cada día para intentar sacar la parte del trabajo más creativo, de más concentración, para liberar mi agenda y poder arrancar el día para los imprevistos, que son muchos. Los niños están en casa, con 9 y 6 años. Clases online. Y no puedo quejarme, desayunan, se asean, preparan sus ordenadores e incluso el peque de la casa entra y sale solo de las clases online, pero crear ya es difícil como para hacerlo con tantas distracciones.

De fondo escucho niños preguntando, clases de Science, que se mezclan con las de mates, libros que no encuentran, la flauta en música y mis propias reuniones y llamadas telefónicas que se cruzan con las de mi marido. Estresante sí es. Llego incluso a veces a tener reuniones encerrada en el baño para poder atender bien y hacer propuestas y buscar soluciones.

Es una de las consecuencias de la pandemia. Y me reitero es estresante un teletrabajo así, sin conciliación, sin espacio ni calma. Pero tengo trabajo y mucho. Hay quien lo ha perdido todo en estos 12 meses; trabajo, salud, familiares… 

Además tengo un trabajo gratificante. Trabajo en lo que me gusta. Y lo más importante siendo #yomisma.

No es una conciliación real, pero mis hijos fueron felices cuando volvieron a retrasar el arranque de las clases por el destrozo de Filomena. Mientras nosotros hacemos malabares ellos disfrutan de nosotros. Aunque nos vean delante de una pantalla de ordenador.

Han integrado en su vida la gestión del miedo a un virus, las medidas higiénicas y de distanciamiento. A mis hijos, que les tocó pequeños, esta pandemia mundial les parece un regalo; menos horas de colegio, no van al comedor que odian, ven muchísimo a sus padres, y sí, se han perdido celebraciones de cumpleaños en parques de bolas, exceso de planes, compartir cosas con algunos amigos, pero lo suplen con los múltiples planes que les montamos, los juegos de mesa, las tardes de cines caseras, las recetas de cocina y el tiempo en familia.

Además para muchos de ellos, que viven con todas las comodidades del mundo, Filomena fue un parque de atracciones en la puerta de casa. Ajenos al sufrimiento de muchos otros peques que no tienen calefacción ni comida caliente.

No están siendo buenos años. Covid, Filomena, alto riesgo por contaminación, las tormentas con riesgo de inundación… está claro que el mundo nos está avisando de algo, pero aún con todo ello, mis hijos son felices, me arriesgaría a decir que más que nunca. Y todo aquello que nos robó la situación social, nos lo cambió por tiempo en familia de calidad.

No es un lunes triste. Tengo a mi familia sana, tengo trabajo con el que creo, puedo ayudar a la sociedad, tengo amigos que me quieren, a mi familia y mis hijos sonríen. Soy muy afortunada. Me siento preocupada. Preocupada por esta tercera ola, por el desastre urbanístico en Madrid, por el qué pasará en la economía, por como resolveremos el apoyo psicológico a nuestros médicos y personal sanitario… estoy preocupada. Hoy nos toca ir a la Paz. Y eso es lo que quizá siempre me hace darme cuenta de lo afortunada que soy. Hace menos de un año íbamos para tratamiento oncológico, hoy solo voy a poner heparina al portacath de mi hijo. Soy afortunada. Si la recaída no nos visita, soy afortunada.

Así que vuelvo hacer un trabajo de reflexión para seguir ayudando en estas páginas de historia mundial que nos está tocando escribir. Me levanto con una sonrisa preocupada, porque entre todos podemos ayudar de un modo u otro a salvar esta situación o a mejorarla. Apoyar a nuestros médicos y a cuidar a nuestros vulnerables y que este Blue Monday no pueda con nosotros.

Como siempre mi humilde opinión.

“Los lunes ofrecen siempre la oportunidad de volver a empezar”

ROCÍO BRACERO

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