#vidanueva
El 2021 está aquí y de momento parece educado. Incluso parece que quiere devolverme algún favor. Después de muchos baches. Muchas salidas y entradas en este tablero de juego que es la vida, parece que me quiere dar algún respiro. El año empieza con trabajo en mi última reinvención de mi #yomisma y no es tanto por el trabajo que trae si no por el tipo de cliente que tengo de esos con los que compartes valores.
Hacer lo que te gusta en tu día a día, laboralmente hablando, es un privilegio, es algo que siempre he dicho. Y yo tengo la suerte de poder hacerlo. En cada uno de mis proyectos siempre busque más mi desarrollo personal, los retos y los trabajos que me aportaban, pero ahora mucho más. Mi profesión, si realmente quieres hacer lo que te gusta, te aporta mucha inestabilidad económica y laboral. La televisión vives de programas que empiezan y mueren y cuando ya eres autónomo los clientes vienen y van. Si inestabilidad. Pero siempre confié en mí y aposté en lo que soy para seguir luchando por un sueño, trabajar en lo que me gusta y aportar en cambiar el mundo.
Ahora, pasados los 40, la verdad es que tengo las cosas más claras aún. Y la enfermedad de mi hijo me freno tan en seco que recolocó mi mundo de golpe. Empecé con una apuesta personal, trabajar, porque tengo que comer, pero dentro de lo posible poder trabajar en proyectos donde yo pueda aportar y que me aporten a mí. Proyectos que ayuden a cambiar algo en esta sociedad de posturero y vidas perfectas.
Mi vida no es perfecta. Ni se acerca. Pero soy feliz con las imperfecciones. Porque las asumo y las gestiono. Y el 2021 me está acercando a grandes proyectos con grandes personas detrás. Grandes amigos que me dejaron salvarle la vida a mi hijo y que después vuelven a confiar en mí y a ponerme en primera línea de trabajo. Socios y colaboradores con los que trabajo mano a mano con una sonrisa. Grandes personas que agradecen colaboraciones desinteresadas que hago por cambiar realidades y que soy yo la que debería agradecer. La vida me sonríe.
Reconozco que lo digo con miedo. Porque siempre que algo así pasa luego es tan frágil que se puede romper solo con tocarlo. Pero también aprendí que si un día estás bien es bueno disfrutarlo por sí mañana no está.
Tengo proyectos bonitos, mis hijos están sanos. Mi marido disfruta en su trabajo. Mis padres están bien y a punto de vacunarse. Y yo puedo trabajar dando el 100% de mí pero conciliar sin que eso parezca una utopía. Si cuesta, está claro, pero mis horarios me lo permiten, y aunque a veces sea estresante sé que habrá un momento en el que ya vayan solos y no me necesiten, así que prefiero hacer el esfuerzo y formar parte de su vida. Menos clientes y más vida. Clientes de calidad para dedicarles mi tiempo y que me permitan gestionar mi vida.
Así que 2021 ¿no te tuerzas vale?, haremos un trato. Yo prometo serte fiel y tú promete ser bueno.
¿Y vosotros como os ha recibido el 2021?
Como siempre mi humilde opinión.
“Sin expectativas pero con objetivos es más fácil caminar”
ROCÍO BRACERO